El sostenimiento de una enfermedad crónica es estar permanentemente, durante muchos años o durante el resto de la vida con un alto riesgo de morir; para disminuir este riesgo, el paciente y su entorno familiar tendrán que hacer esfuerzos adaptativos, ya que se encuentran sujetos a múltiples estresores fisiológicos y psicosociales, que implican cambios radicales en el estilo de vida.
Refiriéndonos específicamente a la Insuficiencia Renal Crónica en tratamiento de Hemodiálisis, la adaptación de los pacientes es un proceso que comprende diferentes momentos; a partir del diagnóstico el impacto emocional es significativo, el primer problema con el que se encuentra el paciente es la reorganización de su modo de vida actual y los cambios de hábitos que tendrá que realizar.
Es importante identificar los recursos personológicos, de afrontamiento, redes de apoyo y el funcionamiento familiar con los que cuenta el paciente, ya que estos mecanismos intervienen en la regulación y adaptación al tratamiento y facilitan el ajuste psicológico del paciente.
Los recursos personológicos o capacidades personales son propios de cada individuo, en situaciones de estrés intenso, como el padecer una enfermedad catastrófica, se ven debilitados, afectados pero es posible reforzarlos e incluso adquirirlos los que no se posee y poder afrontar de manera adecuada los cambios que se van a generar a partir de la enfermedad y su ingreso al tratamiento de hemodiálisis.
La familia es reconocida como la red de apoyo social más cercana y de más fácil acceso a los individuos, se reconoce su función protectora y amortiguadora en los eventos estresantes de sus miembros además la presencia de las relaciones familiares, de pareja y su funcionamiento óptimo contribuye al bienestar y la salud, así como su ausencia puede generar malestar y vulnerabilidad al estrés; por todas estas razones es de vital importancia el acompañamiento de la familia como parte de la contención del paciente en este momento de su vida.